Blog de John Andrews

Vivimos en una época donde las pantallas forman parte del entorno cotidiano: televisión, celulares, tablets y computadores están al alcance de todos, incluso de los más pequeños. Si bien la tecnología puede ser una herramienta educativa valiosa, también puede convertirse en un obstáculo para el desarrollo integral de los niños cuando se usa sin límites claros.
Como colegio cristiano, creemos que es fundamental ayudar a las familias a encontrar el equilibrio, guiando a sus hijos a través de una educación que promueva no solo el conocimiento, sino también la formación del carácter, la conexión con Dios y el desarrollo saludable del cuerpo y la mente.

¿Qué riesgos implica el uso excesivo de pantallas?
Estudios recientes alertan sobre diversos efectos del tiempo excesivo frente a pantallas en la niñez, como:
- Déficit de atención y problemas de concentración
- Alteraciones del sueño
- Reducción en la actividad física
- Aislamiento social
- Exposición a contenidos inadecuados
- Disminución del tiempo de juego creativo y conexión familiar
A estos factores se suma algo que como cristianos no podemos ignorar: el poco espacio que queda para la reflexión, el silencio, la lectura bíblica y la oración cuando los estímulos digitales dominan el día a día.
Un llamado a la intencionalidad
Desde la perspectiva de la Educación Adventista, educar no es solo enseñar contenidos académicos. Es formar personas que vivan con propósito, guiadas por principios eternos. Por eso, es necesario ser intencionales al momento de decidir cuánto, cómo y para qué usamos las pantallas en casa.
“Todo me es lícito, pero no todo me conviene; todo me es lícito, pero no me dejaré dominar de ninguna” (1 Corintios 6:12). Este texto aplica también al uso de la tecnología: no todo lo que está disponible conviene, y debemos enseñar a nuestros hijos a no ser dominados por lo que consume su atención.

¿Cómo establecer límites saludables?
Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas:
- Establece tiempos concretos de uso diario, diferenciando entre uso educativo y recreativo.
- Crea zonas libres de pantallas en el hogar, como la mesa al comer o el dormitorio.
- Acompaña a tus hijos en su consumo de contenido: conversa con ellos, guía sus elecciones y muéstrales alternativas sanas.
- Fomenta actividades que desarrollen otras áreas: deporte, lectura, juegos al aire libre, tiempo en familia, momentos de reflexión espiritual.
- Modela el uso saludable: los niños aprenden más por lo que ven que por lo que escuchan.
Tiempo para Dios, tiempo en familia

La tecnología no debe reemplazar los momentos más valiosos: aquellos donde los niños comparten con sus padres, se conectan con la naturaleza, estudian la Biblia, oran o simplemente conversan.
En John Andrews Adventist Academy, trabajamos cada día para que nuestros estudiantes encuentren ese equilibrio, ayudándolos a desarrollar disciplina, pensamiento crítico y valores que les permitan tomar decisiones sabias, incluso cuando están frente a una pantalla.
Educar con propósito es también enseñar a usar bien el tiempo. Que nuestras familias encuentren en la Palabra de Dios y en la guía del Espíritu Santo la sabiduría para acompañar a sus hijos en este desafío moderno, sin perder de vista lo eterno.
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