Blog de John Andrews

En el modelo educativo adventista, entendemos que la educación no se limita al aula ni finaliza con una evaluación. Educar es formar el carácter, cultivar valores y preparar a los estudiantes no solo para este mundo, sino para la vida eterna. Y en ese proceso, la familia ocupa un rol esencial e irremplazable.
Educación con una visión más alta
Desde una perspectiva cristocéntrica, la educación comienza en el hogar. Así lo expresa Elena de White: “La obra de la educación y la obra de la redención son una”. El colegio complementa, orienta y potencia lo que los padres ya han comenzado en casa. Por eso, creemos firmemente que la verdadera educación es un esfuerzo conjunto entre la familia, la escuela y Dios.

Padres: los primeros educadores
Los padres son los primeros maestros que los niños conocen. Su ejemplo, sus palabras, y la manera en que enfrentan la vida son la base sobre la cual se construye el carácter de sus hijos. En el entorno familiar se aprenden las primeras lecciones de respeto, honestidad, fe y amor.
La importancia de caminar juntos
En John Andrews Adventist Academy buscamos mantener una comunicación cercana y fluida con cada familia, comprendiendo que el éxito del estudiante depende en gran parte de esta alianza. Cuando familia y escuela comparten los mismos valores —fe, responsabilidad, esperanza, servicio— el impacto en la vida del niño es transformador.
Nuestros docentes no solo enseñan contenidos; oran por sus estudiantes, los acompañan en sus luchas y celebran sus avances. Pero cuando ese mismo respaldo se vive en casa, el crecimiento es aún mayor.

Algunos principios para fortalecer esta alianza
- Orar juntos: Nada une más que la oración. Cuando los padres oran por sus hijos y con sus hijos, siembran semillas que darán fruto para la eternidad.
- Participar activamente: Asistir a reuniones, apoyar en actividades escolares, preguntar por sus aprendizajes… todo gesto cuenta.
- Formar con el ejemplo: Los valores cristianos se aprenden más por lo que se vive que por lo que se dice.
- Confiar en la comunidad educativa: Saber que los docentes y líderes trabajan con un enfoque misionero, buscando el bien integral de cada estudiante, brinda paz y compromiso mutuo.
Un llamado a la unidad
En un mundo que muchas veces pone a prueba los principios del Evangelio, es vital que familias y colegios adventistas se mantengan firmes y unidos. Educar no es solo preparar para una profesión, sino para una vida de servicio, propósito y fidelidad a Dios.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
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